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Durante cinco días estuvo Ingrid Lizeth Prada Bueno de 31 años, internada en la Unidad de Cuidados Intensivos de un centro clínico de Bucaramanga, Santander, antes de entregarse a la muerte para huir de situaciones que, al parecer, hacían más compleja su vida.
Allí ingresó por una posible intoxicación que lamentablemente la llevó el pasado jueves a dar su último suspiro de vida. En ese lapso de tiempo, eterno para muchos, sus allegados pedían por la salud de esta mujer, oriunda del municipio de Zapatoca, pero residente en el municipio de Floridablanca, quien según algunas versiones había hecho un curso de enfermería, oficio que nunca ejerció.
Muchos la describieron como una persona alegre, dedicada a sus hijos y a su familia, para muchos inspiraba ternura e impulsaba a las personas que la rodeaban a salir adelante, por eso aún no entienden las extrañas circunstancias en que se le fue la vida.
El cuerpo de Ingrid Lizeth, permanecía aún en las instalaciones de medicina legal, con algunos familiares quienes esperaban el diagnóstico para determinar realmente cual sería la causa de la muerte, si era por intoxicación o ella había decidido quitarse la vida.
Para las personas que acompañaron a Ingrid los últimos días, ella nunca tuvo una trasegar difícil de afrontar, siempre se le veía sonriente, disfrutando cada instante que la vida le obsequiaba, al lado de todas las personas que la querían, es por esta razón que esperan que la investigación llegue a fondo.
Lo cierto es que llegó a aquel centro asistencial con diagnóstico reservado, donde luego se conoció que tenía un aparente envenenamiento. Las autoridades esperan el reporte de Medicina Legal para poder esclarecer la causa de la muerte de Ingrid Lizeth. Por ahora, toma mayor fuerza la hipótesis que se suicidó.
Redacción EXTRA Bucaramanga